Inflamación coroidea

¿Qué es la inflamación coroidea?

Una inflamación de la coroides también se conoce como coroiditis y describe una inflamación de la coroides, que se encuentra entre la retina y la dermis.

La coroides se encarga de aportar nutrientes y regular la temperatura de la retina. A menudo, la inflamación afecta la retina al mismo tiempo, por lo que en la mayoría de los casos uno Coriorretinitis habla.

A menudo ocurre en el contexto de otras enfermedades o en infecciones con patógenos como la toxoplasmosis, la tuberculosis o los hongos cándida. En el examen oftalmológico, el fondo del ojo a menudo muestra manchas blancas. Debido a la falta de nervios en la coroides, la inflamación coroidea no causa dolor y es particularmente notable en forma de problemas de visión.

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causas

Las causas de una inflamación coroidea son variadas y pueden tener orígenes muy diferentes. La causa exacta a menudo no se comprende por completo.

  • La coroiditis a menudo ocurre en el contexto de otras enfermedades, como enfermedades inflamatorias del intestino (enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa).
  • También son comunes en enfermedades reumáticas como la enfermedad de Behcet o la esclerodermia.
  • En la mayoría de los casos, sin embargo, la causa es una infección por bacterias, virus, parásitos u hongos.
  • Si los dientes o las amígdalas están infectados, los patógenos pueden propagarse al ojo a través del torrente sanguíneo. Los patógenos importantes de la inflamación coroidea son los patógenos de la toxoplasmosis, el citomegalovirus, las bacterias de la tuberculosis o los hongos cándida.

Otras enfermedades en las que existe una mayor incidencia de inflamación coroidea son: herpes simple, varicela, rubéola, sífilis, borreliosis, SIDA e histoplasmosis. La inflamación de la coroides ocurre a menudo en pacientes inmunodeprimidos. En la mayoría de los casos no hay coroiditis aislada, sino inflamación de toda la capa vascular posterior (uveítis posterior).

Síntomas concomitantes

Una inflamación coroidea se nota principalmente en forma de deterioro de la visión. Los pacientes a menudo se quejan de visión distorsionada y puntos negros delante de los ojos. En el curso de la enfermedad, pueden ocurrir déficits del campo visual en el área del foco de inflamación. Los síntomas también pueden ser una mayor sensibilidad al deslumbramiento o enrojecimiento del ojo. La inflamación coroidea a menudo conduce a un aumento de la presión interna.

A diferencia de las otras capas de la retina, la coroides no contiene fibras nerviosas sensibles. Esto significa que no se puede percibir ningún dolor en la retina. En consecuencia, los pacientes afectados no sienten dolor con una inflamación coroidea aislada. Sin embargo, por regla general, no es solo la coroides la que se ve afectada, sino varias capas al mismo tiempo. Por ejemplo, la coriorretinitis, que también afecta a la retina, también puede causar dolor.

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diagnóstico

El diagnóstico de inflamación coroidea lo realiza el oftalmólogo con la ayuda de una oftalmoscopia o fundoscopia. El segmento posterior del ojo se puede evaluar con este examen. Con este oftalmoscopio, en la mayoría de los casos, el médico puede ver manchas redondas borrosas, blancas o amarillas, que representan focos de inflamación en la coroides. Dependiendo del nivel de actividad de la inflamación, pueden ser diferentes.

Para un diagnóstico más detallado y para descartar otras enfermedades, también se puede realizar un examen con lámpara de hendidura y una medición de la presión intraocular (tonometría). En algunos casos, la tomografía de coherencia óptica (OCT) también puede ser útil, en la que se pueden mostrar en detalle las capas de la retina.

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Tratamiento / terapia

El tratamiento de la inflamación coroidea depende de la causa. Por tanto, el diagnóstico rápido y completo es muy importante para la correcta decisión terapéutica.

  • Si una infección bacteriana es la causa de la coroiditis, el tratamiento se realiza principalmente con antibióticos. La elección del antibiótico depende del agente causal.
  • Lo mismo se aplica a una infección viral, en la que se deben administrar los antivirales adecuados.
  • Si no hay infección y la inflamación ocurre como parte de enfermedades reumáticas u otras, generalmente está indicada la administración de cortisona. Dependiendo de la gravedad de la enfermedad, la cortisona se puede administrar localmente en forma de gotas o directamente en el torrente sanguíneo. La cortisona tiene un efecto antiinflamatorio.
  • Si la presión intraocular aumenta, se deben administrar agentes reductores de presión adicionales.

En casos muy graves que no sanan, la terapia quirúrgica puede evitar que ocurran complicaciones.

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Duración

La duración de una inflamación coroidea depende de la causa.

  • Con un diagnóstico rápido y una terapia que responde bien, generalmente se cura por completo en una semana.
  • Sin embargo, en pacientes con inflamación reumática crónica o inmunodeprimidos, la curación puede llevar más tiempo y provocar más complicaciones. Además, puede haber recurrencias repetidas o la inflamación se vuelve crónica.